La agricultura regenerativa ante la crisis climática: «Puede ayudar a cuidar el suelo y fomentar la biodiversidad»

¿Cómo se puede cuidar el suelo y fomentar la biodiversidad mientras se cultiva? ¿De qué manera pueden contribuir agricultores y consumidores? Estas son tan solo algunas de los retos a los que intenta dar respuesta la agricultura regenerativa, un concepto que, a pesar de nacer en los años 60, ha resurgido con fuerza ante el actual contexto de crisis climática.

De ello, así como de la ambición climática dentro del paquete de medidas europeo Fit for 55 en el sector, se hablará dentro de la sesión Agricultura regenerativa de CONAMA 2022. Nos da un pequeño avance Jordi Domingo, miembro del comité de expertos que la preparar, y técnico ambiental de Fundación Global Nature, una de las entidades que está apoyando experiencias en este sentido.

Pregunta. Cada vez suena con más fuerza el término de “agricultura regenerativa”. ¿A qué se refiere este concepto y en qué se diferencia de otras prácticas de la sostenibilidad?

Respuesta. La agricultura regenerativa nació en los años 60 con la intención de dar un paso más en el movimiento de la agricultura ecológica de la época, contraria al uso de agroquímicos y fertilizantes minerales en las plantaciones por su gran impacto ambiental.

En este sentido, la agricultura regenerativa defiende, por tanto, que no solo se puede frenar el impacto de la agricultura, sino también aportar valor, generar un bien adicional para el medio ambiente (el suelo, el almacenaje de carbono, la biodiversidad, polinización, etc.), conocido técnicamente como servicios ecosistémicos.

No existe una única definición para este concepto y de hecho existen diferentes corrientes al respecto. En los últimos años, podríamos decir que se ha retomado para designar, en general, al conjunto de técnicas de manejo ambiental que permiten producir alimentos y regenerar el ecosistema que los produce, algo muy importante en el actual contexto de crisis climática.

P. ¿Cómo puede ayudar la agricultura regenerativa a combatir el cambio climático y la pérdida de biodiversidad? ¿De qué manera puede complementarse con otras políticas o prácticas relacionadas con la sostenibilidad?

R. La agricultura regenerativa se apoya en dos servicios ecosistémicos básicos: biodiversidad y acción de carbono. Sobre el primero, si lo llevamos a la práctica, sería implementar un entorno amigable para la biodiversidad añadiendo, por ejemplo, setos o plantas locales alrededor de un campo para que se alberguen polinizadores, organismos que controlen las plagas de manera natural, etc.

En cuanto al segundo, la acción de carbono, el suelo es el principal almacén de carbono después de los océanos. Un suelo rico de un bosque cubierto con hojas o un campo con materia orgánica ayuda a fijar carbono. De esta forma, se generarían las frutas o verduras plantadas, se fomentaría la biodiversidad de la zona y ayudaría a reducir los efectos del cambio climático.

En general, un suelo desnudo se degrada por lo que siempre se debe intentar cubrirlo en función del contexto: plantar otros cultivos si aún estamos en época de lluvias cuando se inicia la recogida o cubrir el suelo con paja cuando hace mucho calor y no se pueden cultivar…

P. ¿Qué barreras encuentran este tipo de iniciativas para su desarrollo? (marco normativo, costes para pequeños agricultores, comunicación con el consumidor, etiquetas, certificados, etc.).

R. Hay tres barreras principales. Una la falta de información para los consumidores que, aunque puede sonarles este concepto o el de agricultura ecológica, tiene dificultades para distinguirlas de la convencional.

La segunda sería la adaptabilidad, es decir, siempre que la agricultura ha intentado trasladar una receta fija de un territorio a otro, ha fracasado, porque la agricultura no es una hoja de Excel que allá donde vas funciona igual. Hay que comprender el contexto y eso requiere tiempo y experiencia.

La tercera es el hecho de que la agricultura regenerativa, por ahora, no está estandarizada. Hay un rango muy amplio de acepciones y no hay un reglamento explícito. Esto hace que se acepten varias interpretaciones y ampliar prácticas, pero también corre el riesgo de que entremos en la banalización del término.

Por último, hay que tener en cuenta que los beneficios de la agricultura regenerativa no solo se miden mediante la contabilidad clásica, si no que está ayudando a concebir los servicios ecosistémicos. Es decir, no solo estaríamos haciendo una agricultura que no impacta, sino que genera un beneficio para toda la sociedad.

P. ¿Qué experiencias en el ámbito de la agricultura regenerativa encontramos en España?

R. En España, hay desde grandísimas multinacionales que están interesadas por el concepto hasta pequeños productores que están implantando ciertas técnicas. El gran reto que tenemos por delante es entender cómo adaptar las diferentes prácticas que hay detrás de la agricultura regenerativa a cada uno de los contextos (clima, cultivos, suelo, etc.). Todo eso implica un aprendizaje continuo y esta es la fase en la que está en estos momentos la agricultura regenerativa.

P. El paquete de medidas Fit for 55 buscar reducir las emisiones, entre otros sectores, de la agricultura. ¿Qué resultados se esperan de estas medidas? ¿Es suficientemente ambicioso?

R. Con esta estrategia, igual que con la PAC, la política agraria comunitaria, es que son estructuras con una dinámica muy lenta. Por tanto, la idea está muy bien y al igual que otras políticas europeas suponen avances, pero cuesta mucho sedimentarlos y son muy limitados.

Por ejemplo, con la PAC, que se acaba de aprobar el último reglamento, para gusto de muchos de nosotros se queda muy descafeinada, es decir, es muy poco vinculante. Las intenciones no reducen emisiones, pero en un marco adecuado de trabajo, sí. La agricultura regenerativa va a contribuir a ese marco y encaja perfectamente en los objetivos.

P. ¿Cómo se aborda la agricultura regenerativa en CONAMA 2022?

R. Desde el comité, lo primero que hicimos fue explorar diferentes materiales, recursos, experiencias y artículos sobre agricultura regenerativa y, de todas las cuestiones que debatimos, la que más nos preocupaba era cuáles iban a ser los siguientes pasos de la agricultura regenerativa en España y a nivel internacional. Como decíamos antes, tenemos el problema de la estandarización, de la adaptación de esas prácticas a los diferentes contextos, el peligro de la banalización o su uso incorrecto. Durante la sesión, queremos contar con gente de la academia, del mundo científico, experiencias, etc. y que esa unión de perfiles enriquezca el debate sobre cómo avanzar hacia la agricultura regenerativa.