“España tiene un problema de reto demográfico”, ha señalado Juana López Pagán, directora general de Políticas contra la Despoblación del MITERD en la sesión organizada hoy en CONAMA sobre esta materia. López ha reivindicado que los gobiernos de autonomías pequeñas llevan tiempo luchando contra las desigualdades y que el “Gobierno central debe tener el compromiso para la transición ecológica, pero teniendo muy en cuenta el reto demográfico”.
La directora general ha presentado el “Plan 130 Medidas frente al Reto Demográfico” sobre la importancia de transversalizar las políticas del reto demográfico con las de la transición ecológica. “Se han diseñado medidas para la evaluación del territorio con el objetivo de generar igualdad de oportunidades”. López ha concluido su intervención apuntando la necesidad de dar un impulso a políticas multisectoriales y ha recordado el término de “territorio reto” que pretende con conectar lo rural y lo urbano creando un espacio de sinergia.
La catedrática emérita de geografía humana de la Universidad Complutense de Madrid, María Mercedes Molina Ibáñez ha expuesto “las oportunidades y riesgos de la España despoblada como territorio”. Según esta catedrática, Cataluña y Madrid acumulan el 38% del PIB español y esta situación “polariza”. En este sentido ha indicado que hay una emigración forzada del medio rural a la gran ciudad desde 1960 y que esta “descapitalización humana genera pérdida de competitividad y como consecuencia perjuicios sociales, económicos y ambientales”.
Jesús Casas, presidente de Tragsa, se encarga de la coordinación de proyectos para gestión de la naturaleza y cree importante “definir los objetivos”. Ha remarcado la necesidad de quitar esa “visión proteccionista” que tienen los núcleos urbanos más grandes: “No podemos ir a los pueblos a decir lo que tenemos que hacer”. Para Casas, el reto demográfico es un ejercicio de libertad, “la gente pueda vivir donde quiere” y “tener la capacidad de desarrollarse económicamente en el medio rural pero no se puede porque la gente no es feliz allí”. Según este experto “no hay problema de despoblamiento en el país, lo que hay es un modelo de deslegitimación del medio rural”.
El jefe de área de la Secretaría General para el Reto Demográfico del MITERD, José Ramón Picatoste Ruggeroni, ha comentado que el “desafío es priorizar recursos y la meta es implementar estrategias en los ‘territorios reto’ y valorar al medio rural cómo puede potenciar”
Fernando Valladares, investigador del CSIC ha repasado como “España ha pasado por muchos abandonos del medio rural”. Ha señalado la importancia de integrar, dentro de los planes de estrategias para la transición ecológica y reto demográfico, el término de “dignidad” porque le da viabilidad y de “ecología” porque le da futuro.
“Las macrogranjas y los regadíos, dañan el paisaje, se diseñan desde lejos porque dan dinero. Las macrogranjas ilustran el problema, son mala idea y no las necesitamos porque envenenan el medio y la salud de las personas”, ha justificado Valladares. En opinión de este científico, poner la economía por delante ha propiciado la “crisis ambiental” y ha lanzado la siguiente idea: “¿Por qué Doñana tiene esa importancia? Por el agua”. En este sentido, ha sugerido que “alguien ha decido primar la productividad de fresas e implantar regadío masivo. La huerta de Europa no puede estar entre Andalucía y Murcia, están robando agua”.
Elvira Marín Irigaray, coordinadora de la Fundación Aland ha comentado la necesidad de “cambio en el sistema de producción y también de los consumidores” y ha valorado la “creación de una visión conjunta entre el medio rural y urbano, así como la cooperación entre entidades públicas y privadas”.
La directora técnica de la Fundación Global Nature, Amanda del Río, ha querido hacer un ”reconocimiento al paisaje” porque cree que “está a la deriva porque cada año los datos empeoran y siempre se van alargando las fechas límite para las que establecer las soluciones”. Del Río ha añadido que sí hay que “trabajar con factor económico y focalizar el empleo en el modo rural” y ha apuntado el problema con la propiedad del suelo y el suelo abandonado. “Es difícil hacerse con un suelo en zonas más desarrolladas por los elevados precios y sus condiciones. Las administraciones tienen problemas de gestión del monte porque los propietarios están desaparecidos”.