La transición ecológica requiere de un acercamiento social y un compromiso mayor por parte de los ciudadanos, y entre los gestores y los ciudadanos. En la sesión Gobernanza para la Transición ecológica de esta primera jornada de la 16º edición del Congreso de CONAMA, coordinada por Cristina Monge –investigadora del Basque Center of Climate Change– se ha debatido sobre los modos en que se articulan nuevos mecanismos de buena gobernanza multinivel y multiactor que posibilitan concreciones y transformaciones indispensables hacia un mundo neutro en carbono.
En este marco, Enoc Cifuentes Bajo y Conchi Piñeiro han relatado el proceso de constitución de la Asamblea Ciudadana para el Clima, que se constituyó a partir de una convocatoria pública del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), en 2021. Este foro de participación ciudadana tuvo como misión promover el ejercicio deliberativo para informarse y generar consensos sobre las mejores soluciones disponibles hacia la descarbonización de la economía en el horizonte 2050, y con el objetivo de contar con una nación más resiliente. Para su lanzamiento se analizaron otras experiencias internacionales y se tuvieron en cuenta las recomendaciones y buenas prácticas de la OCDE.
El resultado de este proceso deliberativo de cien personas de la sociedad civil fue un documento de 172 recomendaciones que se presentaron al presidente del Gobierno de España, en junio de 2022. En perspectiva, los participantes han comentado lo gratificante de un proceso que constató que se puede motivar a la ciudadanía, siempre que haya un objetivo final claro: “La gente se compromete cuando se sabe que los resultados de sus deliberaciones van a llegar a las autoridades”, ha remarcado Enoc Cifuentes.
“La Asamblea se declaró soberana y fue decidiendo cada uno de los pasos que fue dando”, explicó Cristina Monge. Por ejemplo, los ciudadanos permanecieron en el anonimato hasta el momento en que se hicieron públicas las recomendaciones.
Para Piñeiro, se trató, ante todo, de un espacio “seguro” para reflexionar conjuntamente. Unos y otros se escucharon y dialogaron con conciudadanos, y así se agregaron matices a las diferentes áreas de vida. Todos se atrevieron a preguntar, sin miedo al rechazo.
En la mesa de debate de CONAMA se ha destacado, asimismo, que resultó muy importante la reacción de las ONG ambientales españolas, que supieron entender la complementariedad de su trabajo con el de estos espacios participativos ciudadanos.
“La ciudadanía tiene capacidad, pero tiene que conocer las cosas que los gobiernos están haciendo”, ha señalado Cifuentes. Y, sobre lo que ha pasado desde entonces, el portavoz ha afirmado que todos se han vuelto activistas en sus ámbitos territoriales. “Nos hemos sentido comprometidos con la Asamblea, con las propuestas y con la lucha contra el cambio climático”, ha sostenido. Aprender a establecer uniones e iniciar diálogos –que en esto consiste un proceso participativo– sirve para que cada ciudadano y cada ciudadana se vuelvan catalizadores de otros procesos.
Ante la cuestión del acercamiento de las instituciones, Cristina Monge ha opinado que estos fenómenos novedosos todavía están buscando su encaje institucional y que para las administraciones y los gestores, incluir estas prácticas a su funcionamiento representa un “ejercicio de innovación política continua”.
En el último tramo de la jornada, se analizaron otros casos de éxito en procesos de gobernanza, tales como la estrategia de Life IP Intemares, para los espacios marinos de la Red Natura 2000 Marina; los procesos de consulta y participación Agenda Urbana Pamplona 2030; la Mesa de Trabajo para la Adaptación al Cambio Climático del Maresme (MeTACC), en materia de ciencia y administración en una estrategia regional; el programa de Áreas Importantes para las Aves y la Biodiversidad (IBA) de SEO/Birdlife y la Comunidad de Trabajos de los Pirineos, en gobernanza cooperativa multinivel para la acción climática de los Pirineos.