La bicicleta vive un momento agridulce. Ganó usuarios debido a la pandemia y se presenta como una herramienta clave para lucha contra el cambio climático, sin embargo, aún cuenta con numerosos retos para su consolidación en desplazamientos cotidianos como la movilidad al trabajo.
En CONAMA 2022, la sesión Movilidad al trabajo: cómo incentivar el uso de la bicicleta tratará líneas de intervención y de promoción del uso de la bicicleta como, por ejemplo, beneficios fiscales, instalar aparcamientos seguros, cursos de conducción segura o pasarse a la bicicleta corporativa. Además, recopilará experiencias de empresas españolas en este sentido que puedan ayudar a otras a iniciar este camino. Nos da las claves Manel Ferri, técnico de movilidad de la Diputación de Barcelona y miembro del comité técnico de movilidad al trabajo.
Pregunta. La pandemia ha conseguido que España se montara de nuevo en bicicleta, aumentando no solo los nuevos ciclistas si no los perfiles que hacían uso de ella. ¿Cree que se mantendrá esta tendencia? ¿Qué retos está afrontando la bicicleta en la recuperación postpandemia?
Respuesta. La bicicleta se consolidará, bajo mi punto de vista, como una de las acciones clave para avanzar hacia desplazamientos descarbonizados al trabajo y los estudios, pero solo si se hace un acompañamiento adecuado.
En este sentido, podemos dibujar dos acciones importantes. Por un lado, afrontar de manera decidida y dar un golpe de timón para apuntalar la bicicleta a través de un incentivo kilométrico en los desplazamientos al trabajo o a los estudios. Esto implica articular una regulación estatal que no existe en estos momentos en nuestro país. En otros como Francia o Bélgica, por ejemplo, este transporte tiene bonificaciones.
Por el otro, las empresas, que son en gran parte las generadoras de esa movilidad, también deben facilitar e incentivar el uso de bicicleta -especialmente la eléctrica – para ir al trabajo, bien sea con incentivos, instalaciones, aparcamientos, seguros, duchas, etc. Hay pocas iniciativas, así por parte de la administración pública de diferentes niveles, destacar la Diputación de Barcelona y el Ayuntamiento de Barcelona con el programa de edificios amigos de la bicicleta y, desde las empresas, las acciones son muy limitadas. Por ejemplo, en el último decreto de emergente de medidas de ahorro de energía, la bicicleta ni aparece y eso que es una herramienta clave para combatir el cambio climático y ahorrar energía.
P. ¿Qué suponen la Estrategia Estatal de la Bicicleta y el anteproyecto de ley de Movilidad para la bicicleta? ¿Qué otras medidas se pueden impulsar desde la administración a nivel regional o local?
R. La Estrategia Estatal de la Bicicleta consagra y permite tener una hoja de ruta para incentivar y promover la bicicleta a nivel general, es decir, los actores promotores del documento, las entidades sectoriales defensoras de la bicicleta, la DGT y la Red de ciudades por la bicicleta y el Ministerio mismo se comprometen a hacer una serie de acciones que tienen que ver con el fomento de la bicicleta.
Es un buen paso, pero aún nos queda recorrido por hacer. Se requiere no solamente la campaña, sino que esta vaya acompañada de medidas, de ayudas o de programas específicos para incentivar ese uso, acciones y objetivos medibles. Medidas así se han hecho mucho con el coche eléctrico en el plan del MOVES, pero no con la bicicleta. La bicicleta al trabajo debe dejar de ser la cenicienta de la movilidad sostenible en nuestro país.
En referencia al anteproyecto de Ley de Movilidad, la bicicleta apenas tiene peso y debería recoger incentivos o una regulación fiscal favorable para su uso, especialmente, para el trabajo o para desplazamientos cotidianos.
P. ¿En qué se diferencia la movilidad al trabajo en España de otros entornos europeos?
R. La diferencia más significativa es la apuesta por parte de algunos estados europeos como Países Bajos, Bélgica, Alemania o Francia por la bicicleta para ir al trabajo. En el caso francés y belga, por ejemplo, se han desarrollado estrategias e incentivos económicos muy centrados en la movilidad laboral, creando entornos y plataformas donde empresas y trabajadores pueden conocer cuáles son las ayudas, programas o requerimientos para instalar aparcamientos, duchas o incluso taquillas para los usuarios y usuarias de la bicicleta. En España, esto apenas se da e incentivar la bicicleta para ir al trabajo no parece estar en la lista de medidas de urgencia.
P. ¿De qué manera puede incentivarse la bicicleta desde las empresas? ¿Es el momento de cambiar el coche corporativo por la bicicleta corporativa?
R. Desde las empresas se pueden hacer campañas, poner incentivos, instalar aparcamientos, cursos de conducción segura, dar ayudas para la reparación de materiales, subvencionar la compra de bicicletas o incluso adquirirlas como empresa y ponerlas a disposición de los empleados mediante un contrato de cesión de uso.
Otra propuesta sería cambiar el coche corporativo por la bicicleta corporativa. Para impulsarlo, podría darse igualdad o mejor trato al desgravar impuestos cuando se adquiere una bicicleta frente al coche. Además, las empresas pueden contratar plataformas donde se pueda dar visibilidad a los números de kilómetros que esa plantilla realiza en bicicleta y las emisiones que se reducen.
En general, hay algunas experiencias exitosas en este sentido en empresas españolas, pero hay que seguir insistiendo. Es el momento, tenemos una urgencia energética, tenemos una urgencia climática y tenemos una urgencia social derivada del aumento de precios. Yo pienso que, en esos tres problemas, la bicicleta puede ayudar. Es decir, el propio empleado puede conseguir beneficios a nivel salud y económico y la empresa puede reducir sus emisiones y tener una plantilla más saludable.
P. ¿Cómo se aborda la movilidad al trabajo en CONAMA 2022? ¿Qué novedades se presentarán frente a otras ediciones?
R. Las novedades principales respecto a las sesiones de movilidad al trabajo de otras ediciones es que, en esta ocasión, nos hemos centrado en el uso de la bicicleta, ya que consideramos que es este es un momento determinante. Trataremos cómo incentivarla, se pondrán de manifiesto los deberes que quedan por cumplir y estableceremos una hoja de ruta que sirva tanto a administraciones como empresas. Es decir, necesitamos que la bicicleta juegue en la Champions de la movilidad sostenible cotidiana.