Una gestión forestal sostenible y activa para prevenir incendios: “No solo vale plantar árboles”

Después de un trágico verano, en cuanto a incendios forestales se refiere, la gestión forestal ha tomado más protagonismo que nunca entre una opinión pública cada vez más preocupada por el medio ambiente.

Comprobar los efectos que puede ocasionar el cambio climático ha servido para confirmar que existe una imperiosa necesidad de adaptación y mitigación de los montes, los sistemas forestales y el sector forestal en general sin dejar de aprovechar todas las oportunidades que puede ofrecer la biomasa forestal.

Sobre esto y la influencia de paquetes de medidas como el Fit for 55, hablamos con Álvaro Picardo, asesor de la Consejería Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y miembro del comité técnico de «Gestión forestal» de CONAMA 2022.

La oleada de incendios de este año ha puesto más que nunca el foco en los bosques. ¿Qué deficiencias en la gestión forestal se observan en España? ¿Cómo debería ser la gestión forestal en el actual contexto de cambio climático?

El sector forestal español se caracteriza por la diversidad territorial y, por tanto, no siempre es comparable la situación en Galicia, Andalucía, Cataluña o Canarias, por ejemplo. Dicho esto, sí que hay un elemento común en gran parte del país y es la falta de gestión forestal sostenible para la prevención del abandono de los montes. Esto a su vez viene generado por la falta de rentabilidad económica de algunos de ellos debido a la dificultad de impulsar actividades o servicios y a la estructura de minifundio que ocurre en buena parte de nuestras comunidades.

Bajo mi punto de vista, debemos apostar por una gestión forestal sostenible, rentable, activa, profesional y multifuncional, es decir, que atienda a las múltiples demandas de la sociedad. Por ejemplo, hay que tener en cuenta a los propietarios que buscan rentabilidad, ya que la gestión forestal será rentable o no será. Pero también, las de los ciudadanos que desean espacios públicos para pasear o disfrutar del paisaje y las demandas de conservación de biodiversidad que tenemos en España. Tenemos un gran patrimonio forestal y nuestro deber es conservarlo.

¿Cómo calificaría la salud de nuestros bosques? Además de los incendios, ¿qué otros efectos del cambio climático están padeciendo los entornos forestales y qué cabe esperar en el futuro próximo?

La salud de nuestros bosques es buena con respecto a la que teníamos hace 50 años, pero aún es mejorable. Este camino, sin embargo, está amenazado no solo por los incendios, sino por el actual contexto de crisis climática. También por problemas de sanidad forestal que generan el debilitamiento de los árboles y los hace vulnerables a las plagas a causa de la movilidad y al comercio mundial. Estos riesgos son aún mayores debido al abandono que sufren los bosques como comentábamos anteriormente.

Con frecuencia la primera chispa de los incendios viene del ser humano, ya sea provocada o por negligencia. ¿De qué manera se puede involucrar a la sociedad para evitar ese problema?

El primer objetivo de la política forestal debe ser reducir el número de incendios. Hemos ido avanzando mucho y se ha reducido el número de ellos, pero todavía queda mucho por hacer. En este aspecto, efectivamente, la mayor parte de los fuegos los podríamos evitar si las personas hiciéramos mejor las cosas. Somos responsables y hay que incidir en que la diversidad de causas y motivaciones es enorme. Se deben estudiar las causas de los incendios (descuidos, quemas de restos, chispas, vertederos, etc.) y focalizar los grupos de riesgo.

La siguiente cuestión es establecer una prevención centrada y mucha educación ambiental en función de las necesidades del territorio y los problemas concretos en ellos. Además, se debe involucrar a los sectores locales en la puesta en marcha de soluciones.

Otro problema añadido es que hay que conseguir que la gente conozca cuál es nuestra realidad: en Extremadura, por ejemplo, con las encinas; o en Valencia o Ibiza con otras especies y desarrollar fórmulas adaptadas a los ecosistemas y las necesidades locales.

El paquete de medidas Fit for 55 pretende buscar, entre otros objetivos, reducir las emisiones de carbono. ¿Cómo puede contribuir la gestión forestal sostenible a estas metas?

La Comisión Europea claramente está liderando la acción política a nivel mundial para reducir el problema del cambio climático y el paquete FIt For 55 es un buen ejemplo de ello. Tenemos que cambiar nuestro modelo económico y nuestro modelo de consumo. Esto nos lleva a la bioeconomía, es decir, en lugar de tener un modelo como hasta ahora basado en los combustibles fósiles, tenemos que pensar en una economía basada en los recursos biológicos.

En este sentido, los bosques pueden aportar tres aspectos. En primer lugar, pueden almacenar carbono, de ahí que la Comisión Europea haya apostado por el programa de plantar 3.000 millones de árboles de aquí al 2030. Eso hace falta mucha falta en España, pero no solo hay que plantar árboles, también hay que cuidarlos y apostar por el buen estado del suelo.

En segundo lugar, producir materiales de los bosques y mantenerlos en la cadena de valor el mayor tiempo posible. Puede ser en la construcción a través de vigas que, como hemos visto en muchos monumentos, aguantan muchos años; o en la industria cultural con el uso del papel, ya que sabemos que hay libros que pueden durar más de 30 años o reciclarse, algo que no ocurre aún con los aparatos electrónicos. En tercer lugar, el efecto de sustitución. No vale simplemente plantar y cuidar los árboles para producir, sino que también hay que consumir esos productos para que las industrias y los trabajos en el campo sean rentables y no se abandonen los boques.

Para que todo esto sea posible necesitamos trabajar en la adaptación de los bosques al cambio climático, una línea por la que estamos apostando desde el Colegio de Montes y el Foro de Bosques. Llueve menos y algunas especies están sufriendo mucho como las encinas en Huelva o algunos viñedos en La Rioja, donde han tenido que plantarlos en altura para sobrevivir a las circunstancias climáticas.

¿Cómo se abordará la gestión forestal sostenible en CONAMA 2022? ¿Qué novedades se presentarán frente a otras ediciones?

Vamos a tener una sección completa dedicada a estos temas, abordaremos su complejidad e intentaremos llegar a consensos. Para eso hay que invitar a muchos agentes: hay que escuchar a ecologistas, empresarios, expertos, ganaderos y agricultores, etc. Dentro de la sesión habrá tres mesas, una en la que abordemos qué barreras nos encontramos (estructura, normativa, etc.); otra con una recopilación de experiencias y buenas prácticas y la última versará sobre las acciones clave para el desarrollo futuro y cómo somos capaces de impulsarlo, donde tanto administración como colectivos sociales y empresas tienen mucho que decir.